lunes, 16 de febrero de 2009

Contra la violencia, mayor igualdad y empoderamiento de la mujer

La violencia contra la mujer es una forma de discriminación y una violación de los derechos humanos. Acabar con ella es promover la igualdad y el empoderamiento de la mujer, velar por el pleno ejercicio de los derechos humanos de la mujer.

Gracias a la labor el movimiento de mujeres, ahora se sabe que la violencia contra la mujer no es el resultado de la mayor agresividad, alcoholismo o consumo de drogas de los hombres, sino que está profundamente arraigada en la desigualdad histórica de las relaciones de poder entre el hombre y la mujer, que están contenidas en las normas culturales y las desigualdades económicas.



Existen muchas formas de violencia contra la mujer, las más evidentes son la física, sexual, psicológica y económica. Algunas cobran más importancia, mientras que otras las van perdiendo a medida que las sociedades experimentan cambios y las mujeres conquistan derechos. La forma más común de violencia experimentada por la mujer en todo el mundo es la violencia ejercida por su pareja en la intimidad, que muchas veces culmina con la muerte de la mujer. Muy generalizadas también son las prácticas tradicionales, como el matrimonio precoz y forzado y en otras latitudes la mutilación genital femenina.

El Estado, tiene obligaciones concretas y claras de abordar para acabar con la violencia contra la mujer, acciones de prevención, investigación, enjuiciamiento y castigo a los perpetradores; así como atención y socorro a las víctimas. Cuando el Estado no exige responsabilidades a los ejecutores de la violencia, la alienta y da a entender que la violencia que ejerce el hombre contra la mujer es aceptable o normal. Esta impunidad es la negación de la justicia a las víctimas /sobrevivientes y refuerza las desigualdades entre hombres y mujeres.

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